lunes, 17 de junio de 2013

La otra lucha de los Moros y Cristianos

Expofiesta se convirtió en un combate visual y estético entre el bando de la cruz y el de la media luna

La Institución Ferial Alicantina (IFA) acogió del 26 al 28 de octubre Expofiesta, la 19ª edición de la feria nacional de fiestas populares. Durante tres días los visitantes pudieron disfrutar del mejor escaparate de la celebración de Moros y Cristianos. Desfiles, exhibiciones de maquillaje, representaciones de batallas, espectáculos de danza y fuego y una infinitud de trajes característicos de ambos bandos se citaron en el pabellón 2.

Son las 6 de la tarde del sábado 27 de octubre en la Institución Ferial Alicantina (IFA). Diez bandos de la cruz y la media luna de diversos pueblos de Alicante, Valencia y Murcia desfilan por todo el recinto. Tras horas de maquillaje, peluquería y vestuario, los festeros muestran lo mejor de ellos: tocados, turbantes y coronas, botas, capas, espadas y sables, terciopelo, satén, seda y plumas. Vestidos ostentosos y pasos triunfales acompañaron en IFA a una de las fiestas culturales y tradicionales más importante de nuestro país, los Moros y Cristianos.

Aunque la crisis económica también ha afectado en cierta medida a la industria de los Moros y Cristianos, aunque el bolsillo del festero continúa dispuesto a pagar lo que haga falta para deslumbrar en los desfiles. Pilar Molina, que confecciona trajes en El Chador de Elda, apunta que el número de componentes de las escuadras ha disminuido y que eso ha repercutido en la creación y el alquiler de las vestimentas. En Merce, un negocio de Petrer que se dedica al diseño y a la confección de trajes, sombreros y joyería, se han visto obligados a bajar los precios del producto final aunque los materiales que utilizan continúan valiendo lo mismo. 

Aparte de las industrias artesanas, en IFA también se concentraron negocios de espectáculos y maquillaje, una parte igual de importante y necesaria para los festeros. La agrupación Security Dance de Crevillente sigue preparando coreografías y actuaciones para desfiles de Moros y Cristianos pues, como dice entre risas Mireia Gracia, “en cuestión de fiestas, la gente está por encima de la crisis”. Escondida entre pinceles, espejos y pinturas, la maquilladora Lidia Saavedra tampoco ve que el sentimiento festero esté en apuros: “Mis clientes buscan que su maquillaje destaque y por eso no escatiman en dinero, sobre todo las capitanías, a las que no les importa gastárselo para lucirse”.

La poca ayuda que recibe esta fiesta popular también se está acabando. El Grupo Embajada de Almansa, que organiza eventos y realiza artesanía festera, nació como un proyecto municipal, pero el año pasado el Ayuntamiento de la ciudad albaceteña dejó de financiarlo. Antonia Ruano, que dirige desde entonces el grupo, explica que al no recibir la subvención del ente local para acudir a Expofiesta la empresa se ha hecho cargo de los gastos porque “vale la pena”.

Vestidos moros de La Jaima (Villena). / R. Serrano

Reinventando la historia
Los expositores, que solo ven en Expofiesta una finalidad comercial, olvidan  el poder que tienen en sus manos cuando recrean una etapa de la historia de España. Tanto los confeccionistas de los vestidos como los que elaboran artesanalmente el calzado, los complementos y la bisutería alteran elementos históricos y culturales para hacer de la fiesta de Moros y Cristianos una celebración vistosa basada en la espectacularidad y lo pomposo.

José Vicente Gisbert de La Jaima, empresa de Villena que alquila y vende trajes de Moros y Crisianos, reconoce que utilizan cristales de Swarovski y metales en los vestidos, algo que no suelen hacer en otras ciudades, y que cada vez se ciñen menos a los trajes originales de la época. “Los brillos y las plumas no las llevaban ni los moros ni los cristianos pero si el cliente nos lo pide, nosotros lo incluimos” aclara Gisbert. A pesar de todo, en Villena también hay diseñadores que hacen un amago de resistirse a la espectacularidad. La filosofía que siguen los diseñadores de Gil-Diliana se basa en modernizar los trajes. “A partir de una basa histórica, añadimos elementos innovadores” especifica Francisco Gil.

Traje moro de El Fester
(Ontinyent) / R. Serrano
La moda festera contrapuesta a la de Villena es la de la zona de montaña. Ciudades como Alcoy, la gran ausente de Expofiesta, Ontinyent y Banyeres de Mariola respetan la realidad histórica de los trajes de moros y cristianos. Para Manolo López de diseños El Fester de Ontinyent la moda de Villena está hecha “para entrar por el ojo. Los trajes se hacen para lucirse, son fantásticos y menos realistas y auténticos”. Aunque López también se encuentra rodeado de vestidos con calaveras, dorados, pieles y motivos tribales, asegura que las ciudades del interior son más fieles a los elementos culturales e históricos y no los reinventan para hacer la fiesta más espectacular e impresionante. “Si mi cliente me pide un traje de demonio como los de Villena, yo se lo hago pero primero le digo que está equivocado” puntualiza el empresario valenciano.

La intrusión de elementos actuales en los trajes de moros y cristianos se debe a la transformación de la fiesta en una lucha de egos, en una guerra entre comparsas, escuadras, filás y capitanías para demostrar quién destaca más y quién es el mejor. Los festeros quieren que sus trajes y su maquillaje sean exclusivos, que lo suyo no sea igual a lo de nadie más. “Al principio los clientes nos pedían cosas sencillas, pero ahora piden que todo sea espectacular” comenta la maquilladora Lidia Saavedra. Tal es el egocentrismo en el que ha devenido esta fiesta que, además de reinventar la historia y la cultura, las ciudades compiten entre ellas. 

Patrimonio de la Humanidad
La Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos (UNDEF) quiere conseguir que la Unesco declare esta fiesta Patrimonio Inmaterial y Cultural de la Humanidad y presentó en Expofiesta la comisión de expertos que trabajará en ello. Sin embargo, el objetivo no se conseguirá si antes no se erradica la competitividad que hay entre las ciudades. “Los pueblos deben trabajar unidos y dejar de pensar que sus fiestas son mejores que las de los demás. Estamos recibiendo ayuda de Turquía, de Venezuela y de otros lugares que también celebran los Moros y Cristianos”, señala con optimismo el presidente de la UNDEF, Francisco López. Miguel Ángel Martínez, miembro de la comisión e historiador andaluz, remarca que el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad igualaría las fiestas de todas las ciudades, tanto de las grandes como de las pequeñas.

El proceso, que engrandecería más esta fiesta cultural e histórica, es viable pero lento. José Osuna, presidente del Club Unesco en España y miembro de la comisión para el Patrimonio de la Humanidad,  reconoce que la fiesta tiene elementos suficientes para ser declarada Bien Inmaterial y Cultural pero se tardará de 2 a 3 años. “Los Moros y Crsitianos tienen una gran multiculturalidad, lo que puede dar solidez científica, y un componente turístico y educativo relevante”, afirma Osuna.

El significado actual de los Moros y Cristianos confunde a los miembros de la comisión. “Al principio la propuesta de la fiesta como Patrimonio de la Humanidad me sorprendió. Tenía una imagen lúdica de los Moros y Cristianos y no entendí la celebración hasta que no me presentaron informes y datos históricos” aclara el presidente del club Unesco. La fiesta, que conmemora la lucha entre los cristianos y los musulmanes por el control de la península ibérica y la convivencia durante ocho siglos de la cultura judía, árabe y cristiana, ha adquirido un sentido de espectacularidad, opulencia, teatralidad y distorsión histórica. Pero para algunos especialistas como Miguel Ángel Martínez esta nueva expresión de los Moros y Cristianos junto con sus orígenes convierte a la fiesta en una manifestación total y completa del patrimonio cultural de España.
  

El declive de Expofiesta
Vestidos cristianos de Villena. / R. Serrano
A excepción del sábado por la tarde, el mayor escaparate de las fiestas de Moros y Cristianos tuvo poco movimiento. Pasear por Expofiesta significaba ver las caras tristes y de decepción de los expositores. Era el primer año en IFA de Diseño y Artesanía Mauri, un negocio de Montaverner que pedía a gritos más gente, al igual que Ascensión Brotons y Jaime Bellot de El Galeón: Sunco y Loles de Elda. “Para ser sábado, que es el día más importante, ha faltado gente”, apuntó la maquilladora Lidia Saavedra.

Las chicas de Security Dance también han notado la decadencia de la feria: “Expofiesta ha ido a peor. Cuando nosotros expusimos aquí por primera vez hace 11 años, la feria ocupaba los dos pabellones de IFA, ahora no se llena ni uno entero”. Con el paso de los años Expofiesta se ha convertido en una feria exclusiva de Moros y Cristianos, incluso el cartel publicitario de este año lo protagoniza un dibujo de un rey cristiano y una media luna. Fernando Alvárez, propietario de Trofeos Alvárez de Elda, clama que cuando él llegó a la feria hace 10 años “había expositores de hogueras, fallas, ballets y otras fiestas populares diferentes a la de Moros y Cristianos. Antes Expofiesta era una feria de fiestas”.

El descenso del número de stands de Expofiesta se debe a su coste y a la falta de ayudas locales a los empresarios. Dependiendo de los metros cuadrados, el puesto oscila entre los 400 y 1000 euros. Desde Bordados Villena afirman con rotundidad que “estar aquí los tres días captando clientes no amortigua el precio del stand”. El declive de Expofiesta preocupa a todos los festeros ya que es la plataforma más importante que tienen para promocionar y reforzar esta fiesta histórica conquistada hace unos años por el espectáculo visual y el horror vacui.  

*Nota: el reportaje fue redactado el 28 de octubre de 2012