miércoles, 18 de abril de 2012

"Abuelo Victor" se rinde a los atracadores

Un conocido restaurante de Monóvar cierra por no poder afrontar más de 14 robos en 7 años


La crisis económica ha convertido el cierre de restaurantes y bares en algo habitual. Gastos de luz y de proveedores, el mantenimiento del local, mesas vacías, alimentos que se compran y después no se consumen y clientes que no llegan son los principales causantes de que un restaurante no abra más sus puertas. Pero éste no es el caso de Francisco Lozano que ha decidido vender su negocio por “miedo” y “pánico”.

Francisco Lozano, que vive en Elche, es el propietario del restaurante“Abuelo Víctor”, situado en El Mañán, a medio camino entre Monóvar y Pinoso. El empresario ilicitano ha perdido 248.000 € desde 2005 y tanto él como su familia tienen miedo de quedarse en la vivienda anexa del restaurante debido a los 14 robos que ha sufrido el negocio en los últimos 7 años. Para Lozano debería cambiar la justicia: “el que la haga, que la pague porque no puede ser que estén robando y se estén riendo de nosotros”.
Aparte de hacerse con el dinero de la caja registradora y de las máquinas recreativas y de llevarse “jamones y bebida”, los asaltantes destrozaban el local. “Sospecho de gente de los países del Este que se pasean por los comedores buscando algo y de furgones que pasan por el bar”, asegura Lozano.

Las aseguradoras no se fían
Desde que empezaron los atracos el empresario ilicitano ha contratado cuatro aseguradoras. Lozano se queja de que el dinero que le han abonado no ha sido suficiente para cubrir el 50% del daño ocasionado por los robos. Por ello, ha tenido que desembolsar el dinero para reparar los destrozos y solventar las pérdidas.

Francisco Lozano ha manifestado que “las aseguradoras no se fían” debido a los robos que ha sufrido y que ya no lo quieren asegurar. Además, denuncia actividades fraudulentas por parte de los peritos. En uno de los primeros atracos los asaltantes robaron el equipo de música del restaurante. Según el hostelero, en la póliza el perito calificó el equipo de música como mobiliario y no como instrumento, razón por la cual Lozano recibió menos dinero del que le correspondía.

F. Lozano miraba por internet cómo unos encapuchados
robaban y destrozaban su negocio / Rubén Serrano
Belén Soler, que dirige su propia correduría de seguros en Monóvar, afirma que “el seguro se le haría sin ningún problema. Lo que tiene que hacer es pagarlo. Si no lo paga, por supuesto que no tiene cobertura. Hace 3 o 4 años le hice un presupuesto, le pasé el recibo del seguro y me lo devolvió por impago”. Si el negocio cumple todas las medidas de seguridad que se exigen, la compañía no pone ningún impedimento. “Si viniera para que le hiciera el seguro posiblemente me plantearía no hacérselo por no molestarme en luchar un precio para que después no lo pague. No me fío de la persona”, ha declarado Soler.

José Sanchiz de Seguros Mapfre Monóvar certifica que le podrían hacer un seguro a Francisco Lozano, en el caso de que así lo solicitara el empresario iliciatano. No obstante, Sanchiz apunta que siempre actúan “en base al historial” que tiene la persona que demanda el seguro. Al igual que la compañía de Belén Soler, Seguros Mapfre pide unas medidas de protección mínima como la conexión de la alarma a la central, que haya rejas en las ventanas y que el cierre de la entrada tenga un candado de seguridad. “Si se cumplen estas condiciones, no hay razón para que el seguro no se haga”, dice Sanchiz.

“La policía nunca llega”
En dos de los atracos al restaurante Francisco Lozano estaba durmiendo en la vivienda anexa. Se levantó asustado de la cama y subió a la planta de arriba. Siempre callado, miraba por internet cómo unos encapuchados ataviados con pasamontañas y monos robaban y hacían pedazos su negocio mientras esperaba la llegada de la policía. “Pero la policía nunca llega”, ha remarcado Lozano con resignación.

Con cada robo, el dueño de “Abuelo Víctor” reforzaba la seguridad de su restaurante. Sin embargo, todas las medidas fueron insuficientes e inservibles ya que cuanto más invertía en seguridad, más destrozos le ocasionaban al local. “Si pones una reja, te hacen una agujero en la pared. Si pones una doble reja, la enganchan a los coches y se la llevan” ha explicado Lozano. Nada detenía a los asaltantes.

“Abuelo Víctor” ha sido un negocio familiar durante 40 años por eso Francisco Lozano siente “mucha lástima” por tener que venderlo: “Esto lo hizo mi padre. Me da mucha pena pero yo no puedo seguir así. No tengo ganas de seguir”. El propietario del restaurante ya no tiene “ilusión” por el negocio y todo el esfuerzo que invirtió en decoración y en reformar el restaurante se ha convertido en un sentimiento amargo debido a los destrozos que producen los atracadores.

La familia de Francisco Lozano ha respaldado su decisión de vender el negocio. Por otra parte, los clientes le han hecho saber al empresario su disconformidad y tristeza ante la noticia: “[Los clientes] no quieren que me vaya pero se ponen en mi lugar y me comprenden”. 

1 comentario:

  1. hola , por favor me pueden indicar el numero de teléfono del restaurante ??????

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